Kevin Hinzman recibió un veredicto de no culpable del jurado en un caso de Asalto causando lesiones corporales (violencia doméstica) a pesar de las marcas de mordida profundas y visibles de el presunto víctimo. Hinzman argumentó exitosamente la defensa propia estableciendo que la declaración del testigo que se quejaba de cómo el cliente lo mordío no era físicamente posible. Durante el juicio, Hinzman colocó sillas delante del jurado para replicar el asiento delantero del coche donde ocurrió el incidente y luego hizo que el testigo quejoso intentara demostrar cómo la cliente podría haberlo mordido en la manera que él demandó y todavía ha causado las marcas visibles de la mordedura para estar en la posición que fueron encontradas. Él no podría. Durante el testimonio dela cliente, ella claramente articuló dónde y cómo mordió a el testigo que se quejaba en defensa propia y Hinzman fue capaz de mostrar al jurado cómo su versión de los acontecimientos habría resultado en marcas de mordida en la posición y la forma encontrado en el testigo quejoso.